domingo, 14 de octubre de 2012

CASH AGUERA DISTRIBUIDOR DE YOGURES CLESA


Una nueva etapa bajo nuevos gestores y con muchas esperanzas. La planta de Clesa en Caldas trabaja desde hoy bajo la dirección de la sociedad Agrupación Cooperativa Láctea S.L. (Acolact), compuesta por Feiraco y otras nueve cooperativas gallegas. Es el momento esperado por la plantilla, los extrabajadores, los nuevos propietarios y la Xunta para poder sacar a Clesa del atolladero en que se encontraba la empresa desde que en enero del 2011 trascendieron los problemas durante la gestión de sus anteriores dueños, el grupo Nueva Rumasa.
La firma de la escritura de compraventa se materializó el pasado jueves en una notaría de Madrid. Acolact logra, con esta operación, devolver la fábrica a manos gallegas por primera vez desde 1998. Ahora el reto es conseguir recuperar el mercado y a los distribuidores, relanzar la marca de yogures y postres y conseguir reintegrar, poco a poco, a la totalidad de la plantilla, mermada por los despidos obligados por la mala situación económica de estos últimos ejercicios.
La adquisición de Clesa por parte de Acolact está respaldada por la Xunta de Galicia, que realizó numerosas gestiones y dio su apoyo económico para garantizar el futuro de la factoría desde que la empresa se declaró en administración concursal. El conselleiro de Industria, Javier Guerra, resaltó el pasado jueves, cuando se hizo pública la venta, que el compromiso de Acolact era incorporar de forma progresiva a los trabajadores despedidos durante la administración concursal.
Esta reintegración laboral en la fábrica caldense se producirá, según los cálculos de los nuevos propietarios, de forma paulatina y en función de la demanda del producto por los consumidores, la recuperación del mercado y la puesta a punto de nuevas líneas comerciales. La vuelta a la normalidad será lenta en un principio porque hace falta realizar mejoras e inversiones en innovación.
En la actualidad, la fábrica láctea de Saiar sigue funcionando con una plantilla mínima, formada por treinta personas. Hay que resaltar que, en sus buenos tiempos, la factoría llegó a contar con hasta 130 empleados y era una de las firmas más señeras del sector en España.
El comité de empresa también destacó estos días su gratitud tanto a Acolact, por impulsar un proyecto viable para el futuro de Clesa, como a la Xunta, por su implicación como mediadores y también el respaldo económico al plan de viabilidad.
La compra por la sociedad gallega también contó con el respaldo unánime de la corporación local de Caldas, municipio donde el impacto social de los problemas internos de la fábrica incrementó las consecuencias de la crisis económica más general.

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